- 500 gr. de guisantes secos
- 1 litro de agua
- 1 zanahoria pelada
- 1 patata pequeña, pelada
- 2 tallos de apio
- 1 cebolla pequeña
- 1 hoja de laurel
- 1 trozo pequeño de lacón, codillo o salchicha ahumados.
- Sal y pimienta
Cocer todo a fuego lento durante unos 40 minutos. Cuando los guisantes estén tiernos, retirar la hoja de laurel y pasar por el pasapurés, o simplemente remover la sopa varias veces hasta que los guisantes se deshagan y la sopa tenga una consistencia cremosa. Deshuesar la carne y cortarla en pedacitos o cortar la salchicha en rodajas, y añadir a la sopa. Salpimentar al gusto.
Servir con una rebanada de pan de centeno con mantequilla.
Esta sopa está más rica al día siguiente, porque el reposo ayuda a que se mezclen bien todos los sabores. Hay que recalentarla con mucho cuidado, ya que espesa mucho y se quema fácilmente. Añade un poco de agua caliente si es necesario.